
miércoles, 25 de agosto de 2010
Cómo decirte, cómo contarte.
Por aquí todo va bastante bien.
Desde hace una temporada, no hay olas que muevan demasiado mi barco, no hay ajetreo desagradable, no hay tirones demasiado fuertes.
Pero no me disgusta. He aprendido nuevas cosas.
He aprendido a apreciar cosas que antes ni detectaba.
He aprendido a valerme por mi misma en un sentido más práctico y empírico.
He descubierto nuevos mundos que ahora se me hacen agradables.
Y he llenado mi mente de nuevos propósitos, y sí, nuevas ilusiones. Aunque también tengo miedo. No sé muy bien si lo que se me avecina me va a gustar, podría acontecer que en un inicio no, pero que sí con el tiempo.
Estoy volviendo a escribir sin pies ni cabeza, normal que nadie entienda nada.
Pero me gusta así...
¿Qué más decirte, qué más contarte? Si no hace falta describirlo, en realidad.
Por aquí todo va bastante bien.
viernes, 6 de agosto de 2010
Ahora sí, aunque sé que nadie lo va a ver, guardo este link para deleitarme de vez en cuando.
http://www.flickr.com/search/?q=kitchen&z=e&page=5
Sí, lo confesaré: me encantan las cocinas. Viviría en la cocina. Pero no por la comida (a la que tampoco hago ascos, no crean) sino por la hermosura de algunas, entre muebles, accesorios y demás elementos que me vuelven loca, sin contar con el reciente y creciente amor que estoy desarrollando por el arte de cocinar.
Véase ejemplos en el link que acabo de dejar.
Tradiciones
-Término peligroso y susceptible de provocar un debate-
Tan sólo quisiera hacer una diferenciación bien clara, que creo no es difícil de entender:
Según mi punto de vista, hay algunas tradiciones buenas, y otras malas.
Las tradiciones buenas son las favorables, las que no causan ningún daño a nadie, las que provocan bienestar desde cualquier punto de vista.
Las tradiciones malas son las que, en alguna época o momento histórico, tuvieron quizás su sentido, pero que hoy en día lo han perdido, además de que pueden ofender o llegar a dañar seriamente a algo o alguien.
Creo que es fácil de determinar, así, qué tradiciones merece la pena mantener, y cuáles no.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)