martes, 31 de marzo de 2009

Mientras fuera llueve


Coco all rights reserved

Crónica de Harry Potter y la piedra Filosofal.

"¡Hemos ido a ver Harry Potter y la piedra filosofal! ¡Era genial, y el personage que mas me ha gustado ha sido Hermione. Ron decia:
-¡Valla tonta! No me extraña que no tenga amigos!
Hermione se quedó vastante decepcionada y en la peli decia un niño:
-Dicen que se ha pasado toda la tarde llorando en el servicio de las chicas. En ese momento grita un profesor: -¡Ay un trol en las madmorras!! Todos se ponen a chillar pero el director les tranquiliza y entonces los chicos se van a sus dormitorios. Harry ablando con Ron recuerda y le dice a Ron: ¡Hermione! ¡Ella no lo sabe! Entonces corren los dos a las madmorras con intención de ayudarla. Hermione sale de los labavos sonandose y entonces aparece por ahi el trol... ¡Que feo era! Entonces el trol al ver a Harry, Hermione y Ron empiezan a perseguirles, ¡y la que se arma! Y al final descubren la piedra filosofal. Juegan a un agedrez y Ron se sacrifica para que Harry pueda seguir adelante. Olle, no os creais que Ron muere, pero al final sobrevive. Luego pasa algo raro de que cada vez que Jarry tocaba la mano se convertía en roca. Bueno, y muchas mas cosas por ejemplo cuando la escuela de buelo Harry solo con decir ¡Arriba! la escoba le obedeció pero con Ron y Hermione no les paso asi. Tambien al principio Harry vivia con sus tios y sus primos y le trataban muy mal hasta que llego la carta de inbitación al colegio Hoguars. Por mas que venian cartas nunca le dejaban abrir ninguna y la casa... ¡Se les inundó de cartas!
¡Me lo pasé genial!"

Esta fue mi crítica, en cuarto de primaria (y recalco de primaria) después de ver Harry Potter y la piedra filosofal en el cine. La he publicado porque, a parte del descojone que llevaba mientras lo leía, me llama la atención que me fijara más en detalles como la aventura del trol antes que la trama principal. Ah, y que sepan que después del artículo de opinión que escribí en mi diario de cuarto de primaria, hice un retrato perfectamente detallado de Harry Potter en el que se nota como repetí la cicatriz de su frente ocho veces hasta que me salió con forma de rayo y no de "N".

En fin, sólo pasaba por aquí.

martes, 10 de marzo de 2009

Bendita impulsividad


Los planes cuadriculan la vida, dividen el tiempo en partes iguales con la finalidad de poder aprovecharlo mejor. El tiempo es un concepto demasiado abstracto sobre el que doy vueltas, y vueltas, pero no entiendo nada.

Cuando tenga que hacer cosas a las seis, estar en un sitio a las siete y tener que haber terminado a las ocho y media, me subiré al tren, y me escaparé. A otro sitio, lejos. ¿Qué importa dónde?

Empezaré un viaje nuevo. Da igual que dure sólo unas horas, o toda una vida. Y no planearé viajar en ningún tren en concreto, no importa cuál sea. Todo lo que pasa, pasa por algo. Y si pierdo un tren, será porque así tenía que ser. Y si un impulso me lleva a un lugar y no a otro, estupendo.

Bendita impulsividad.

jueves, 5 de marzo de 2009

El hombre del sombrero de copa


Y yo nunca he saltado encima de un pastel de chocolate. Ella sí. Ha viajado entre las nubes más altas, tres veces, y ha respirado debajo del agua. Es quizás ese el motivo por el cual nunca ve el cielo de color azul. Cuando no se tiene ninguna explicación lógica para nada, se pueden pensar muchas cosas acerca de porqué el sol es una estrella y no un dios que lo ilumina todo. Ella me contó una vez que en uno de sus viajes conoció a un hombre con un sombrero de copa que se quitaba y se ponía tantas veces como quería, y que cada vez que se lo quitaba tenía una cosa dentro: una flor, una bola de cristal flotante, una caja de zapatos vacía. Algún día volaré para encontrar un globo que perdí hace tiempo. Se elevó en el cielo y no lo he vuelto a ver, aunque supongo que "ahí" seguirá, flotando sin ningún rumbo, no? Y cuando lo encuentre, no lo soltaré nunca, o por lo menos no lo perderé más. Se lo daré al hombre del gorro de los mil objetos y se lo pondrá debajo del sombrero de copa. Entonces, nunca se sabrá nada del globo porque pasará a la otra dimensión dentro del sombrero de copa. En el borde de la esquina una hoja se balancea, esperando a que llegue el viento o del sur o del norte para empujarla hacia lo desconocido y llevarla a un lugar distinto.
Mi mente puede llegar a asombrarme profundamente. En momentos de inspiración profunda crea cosas como esto que acabáis de leer. Fue hace tiempo, probablemente un par de años. Pero aún sigo preguntandome de dónde salió.

domingo, 1 de marzo de 2009

Y por un instante retorna mi anhelo de vivir a distinta velocidad

Es ahora, ahora es cuando debería venir esa extraña necesidad de escaparme por la tangente y recurrir al método de asociación libre de ideas. Pero no, malditos momentos en los que empiezo a escribir, o a dibujar, o a ya no se sabe qué, en lugar de prestar atención al maldito Pepito Grillo que todos tenemos en la cabeza - a ese algún día le da una taquicardia de verme jugar con mi tiempo y no hacerle ni caso -.
Pero aquí estoy. Y no es que bailen los dedos sobre el teclado, en realidad esto lo hago solo porque lo de empezar el blog iba siendo una necesidad interna. Ahora puedo respirar, mañana probablemente me iré - si puedo, volando- a Valencia, a mirar las tantas caras que pasan junto a mí, cada una con una historia diferente, muy tranquila, simplemente paseando, y más ahora que en las calles plantan puestos de buñuelos.
A veces es necesario. Últimamente me ahogo, de repente y casi sin darme cuenta me encuentro con que mis próximos tres fines de semana están ya planeados. Socorro.

Jugar por jugar, sin tener que morir o matar,
y vivir al revés, que bailar es soñar con los pies. Eso es lo que quiero.
La vida, digamos, no es un blog cuadriculado. Es como una golondrina... en movimiento...

Vale, ya paro.