martes, 17 de noviembre de 2009

Ciudad utópica.

No sé si existe o no de verdad, esa parte de la metrópolis que tanto me gusta.
Entre gente apresurada, calles estrechas y farolas naranjas, se desenvuelve un espíritu, una esencia especial que suele estar más entre semana, cuando la gente está envuelta en su rutina.

De las ciudades me gusta una parte distina a lo habitual. Escarbando entre la gente agobiada y borde con ese característico tono español de dejadez, a veces hay una parte bohemia que se esconde en los bajos de los edificios, una subcultura y un gusto que, si buscas bien, quizás encuentres.

La ciudad utópica. El espíritu nocturno. Está en Valencia, que cada vez conozco y quiero más. A pesar de todo lo que me haya podido quejar de ella, es acojedora, tiene esa parte encantadora que me gusta de las ciudades y no es demasiado estresante. Además cada vez archivo más recuerdos entrañables aquí, en Valencia.
Pero también y sobre todo está en Madrid, en mi Madrid.

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