sábado, 27 de febrero de 2010

La muerte de Mata Hari

"Pero, ¿un libro debe servir únicamente para la medida geométrica de los compases críticos y para ahorrar papel allí donde en todo caso resulta agradable desperdiciarlo? ¡Guay del que sabe escribir un libro!
Quien de verdad sabe escribir un libro, obtiene a menudo el resultado sorprendente de hacer escapar a sus lectores como alma que lleva el diablo, puesto que en la vida, como en el arte, nada es tan espantoso como la perfección."





Hoy ha sido una tarde de lo más productiva.

martes, 23 de febrero de 2010

Lo curioso de estas cosas es que lo observamos desde fuera, con compasión y confidencia, como si entendiéramos al protagonista o sintiéramos compenetración con él.
Pero en realidad, nosotros somos como todos los personajes secundarios que van apareciendo, que son crueles, que no entienden y que nos dan rabia... (Es cierto)

lunes, 15 de febrero de 2010

Queja infructífera número 3254262

No sé si esto viene por la frustración post-exámenes o qué, me da un poco igual, realmente.
Pero cada vez entiendo menos este sistema educativo (valga la redundancia) del que nos hacen, supuestamente, partícipes y beneficiarios a nosotros, pobres alumnos indefensos a los que, entre la masa de burros pasivos que van al colegio por no tener nada mejor que hacer, nos gustaría aprender algo de verdad para formarnos como personas.
Un tema tratado miles y miles de veces, éste. Pero no puedo comprenderlo, no me cabe en la mente.
Si se defiende una educación libre, que lo lleven a cabo. Si se busca el crecimiento intelectual del alumno, que apliquen este principio, maldita sea, que lo apliquen de verdad. A principio de curso me di cuenta, mediante unos tests (no por esto menos estúpidos) según los cuales mi nivel intelectual no estaba muy por encima de la media general de mi edad. De hecho, era más bien mediocre, cosa que no tiene demasiado que ver con mis resultados académicos (no pretendo nada en concreto). ¿Conclusión? Lo único que nos hacen ejercitar en estos 12 años de nuestra vida encerrados en este edificio definido como "lugar al que acudes para adquirir culturismo" es la memoria.
Memorizar datos, datos, datos, datos, datos y más datos. Memoriza, no te olvides de esto, de esto y de lo otro, aunque no tenga nada que ver con el tema, da igual. Es importante y si te olvidas te quito dos puntos.
Da igual que sepas relacionar razonadamente todos los argumentos que utilizas para explicar una idea. Da igual que sepas coordinar las ideas de manera lógica y coherente. Da exactamente igual que pienses con la cabeza, se te han olvidado datos.
No digo que no sea necesario memorizar ciertas cosas, vale, es necesario tener cierta base teórica para poder pensar en base a los conocimientos adquiridos. Pero espera, que por una vez que nos dejan libre albedrío para expresar nuestra capacidad intelectual de manera razonada, no vayas a poner más de 150 palabras, chico, que esto se sale de los esquemas.
¿Cómo son capaces de reducir la literatura española del siglo XX a tres autores que ni siquiera son los más representativos de la misma? ¿Cómo es posible que simplifiquen toda la historia de la filosofía en cuatro autores de mierda, que si quieres uno no te lo estudias, y si te preguntan algo que no tiene que ver no sepas contestar? ¿Cómo puede ser, de verdad, que permitan estas cosas?
En fin, si quieres hacer más fácil la tarea del alumno, no te limites a reducir la materia a cuatro contenidos que hay que saberse de memoria pura. Si quieres, no sé, sé un poco más benévolo a la hora de corregir, valora más la capacidad de síntesis y relación de la persona...

En fin, me produce tristeza y frustración. Todo lo que hemos aprendido durante nuestros 12 años de estudio se reduce a un examen, para el cual estudiamos como locos, memorizando datos sin sentido, sin comprenderlos en absoluto, y sólo por pasar el examen. No importa si luego no te acuerdas de nada, que te vas de fieshta una semana y te olvidas de lo que has estudiado, y de lo que has hecho la noche anterior también, de paso. Si total, ¿Para qué?
Crecer culturalmente, ¿eso qué es?

viernes, 12 de febrero de 2010

Experimento

Retratos mentales

Hace algún tiempo, mientras intentaba frustradamente dibujar un rostro de una persona que no conozco ni sé quien es, alguien vino, se acercó a mi, y tras ver por el rabillo del ojo como le miraba, me cogió la mano, le dio la vuelta varias veces, observándola desde varios ángulos, y me dijo, riéndose: "Cuanto valen estas manos".
Cuando de ellas salen, de vez en cuando, líneas que en total conforman una imagen con aspecto sano, que parecen algo, me da por pensar, fíjese usted. Y no por alabanza, es más un interrogante que me hace cosquillas. Está claro que todos tenemos en la mente ciertos conceptos que nos gustaría saber plasmar, con dibujos o como sea, pero no todos pueden, ¿Por qué? "Eso es algo innato, se nace sabiéndolo".
Y sin embargo, muchas veces me entristezco al comprobar como lo que tengo en la mente no se corresponde con el resultado plasmado en el folio. Desastre, total. Sobre todo cuando intento dibujar a alguien, un retrato, una caricatura quizás. Veo sus rasgos, los reconozco y los identifico.
Pelo liso. Cuello fino. Forma de la cara ovalada. Nariz prominente, con un puente exagerado. Ojos tristes. Mirada perdida. ¡Sí, sí, bien! ¡Lo ves! Ahora dibújalo.
Supongo que esta reflexión es estúpida, soy consciente de que esto que acabo de decir le pasa a la mayoría de gente, pero es algo que me frustra muchísimo. Y más porque a mi me encanta dedicarme a analizar a las personas, pero para captar sus peculiaridades, su personalidad reflejada en todo él o ella, llegando incluso a imaginarme historias de quien no conozco de nada. Desde el esquema mental que tengo de "el hombre o la mujer ideal", voy dándome cuenta cómo los rasgos de cada persona se salen de ese esquema, y que son precisamente esos rasgos los que conformarían su caricatura.
Análisis de la forma. Psicología.
Qué te transmite... En fin.