Cuando de ellas salen, de vez en cuando, líneas que en total conforman una imagen con aspecto sano, que parecen algo, me da por pensar, fíjese usted. Y no por alabanza, es más un interrogante que me hace cosquillas. Está claro que todos tenemos en la mente ciertos conceptos que nos gustaría saber plasmar, con dibujos o como sea, pero no todos pueden, ¿Por qué? "Eso es algo innato, se nace sabiéndolo".
Y sin embargo, muchas veces me entristezco al comprobar como lo que tengo en la mente no se corresponde con el resultado plasmado en el folio. Desastre, total. Sobre todo cuando intento dibujar a alguien, un retrato, una caricatura quizás. Veo sus rasgos, los reconozco y los identifico.
Pelo liso. Cuello fino. Forma de la cara ovalada. Nariz prominente, con un puente exagerado. Ojos tristes. Mirada perdida. ¡Sí, sí, bien! ¡Lo ves! Ahora dibújalo.
Supongo que esta reflexión es estúpida, soy consciente de que esto que acabo de decir le pasa a la mayoría de gente, pero es algo que me frustra muchísimo. Y más porque a mi me encanta dedicarme a analizar a las personas, pero para captar sus peculiaridades, su personalidad reflejada en todo él o ella, llegando incluso a imaginarme historias de quien no conozco de nada. Desde el esquema mental que tengo de "el hombre o la mujer ideal", voy dándome cuenta cómo los rasgos de cada persona se salen de ese esquema, y que son precisamente esos rasgos los que conformarían su caricatura.
Análisis de la forma. Psicología.
Qué te transmite... En fin.
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