
Es evidente que estamos todos rodeados, ¡escapar!
Que odio el tráfico, que no soporto el "porque sí" o "porque no", que mataría a todos los que cuadriculan demasiado todo.
Que no sopor, no soporto el paso del tiempo. Ataques de histeria. ¿Sabes otra cosa? Odio lanzar un papel a la basura, que está a medio metro, y no encestar.
No soporto tampoco los toros ni a los que los defienden, no entiendo por qué a "la juventud de hoy en día" tienen que considerarnos, por descarte, como unos vagos desmotivados y gamberros. ¡Maldita sea!
Odio el suelo de mármol (sí), y odio también eso de que nos traten a todos como borregos.
Odio a muerte el mundo de los modernos que se creen diferentes pero que en realidad son todos igual de diferentes, y que ni se me acerque nadie que me venga hablando de que la homosexualidad es un problema, o de que "los inmigrantes aquí lo único que hacen es quitarnos el trabajo".
Me cago en todo prejuicio y encasillamiento social. No, no soy roja, creo en Dios. Pero no, no voy a misa, para mí Dios no tiene nada que ver con la Iglesia. "¿Pero crees o no?". Pues no tengo problema en llamar a eso en lo que creo "Dios". (¿Qué pasa, que ahora está de moda llamarlo de otra manera para ir de guay, o qué?)
No sopor.. no soporto a esas personas que tienen una manía persecutoria y se creen que todo el mundo va contra ellas, y me pone muy, muy nerviosa que la gente, mientras dibujo, me pregunte: "¿Quién es?" ¡¡No es nadie, joder!! ¡No tiene por qué ser nadie, puede salir de mi imaginación! La mayoría de veces es así, de hecho.
Pero ay, amigos. No fasidies, también adoro el suelo de madera y las casas que reflejan tal armonía y equilibrío que no es que representen la personalidad de la persona, sino a la persona en sí.
El invierno, el chocolate, una peli en casa de Coco, ya lo saben ustedes, lo digo siempre.
La rutina no me desagrada, para nada. Momentos dulces siempre los hay, aunque sólo sea el llegar a casa y sentarte un rato en el sofá.
El teatro, el cine, la música. (Vivir sin música, efectivamente, sería un suicidio)
Valencia entre agetreo con Beirut de fondo, las muestras de cariño sincera, esos abrazos..
Ikea, sí. (sí)
El color de los árboles de Cuenca en otoño, los momentos de locura transitoria (con toda mi alma)
Los edificios antiguos del centro de las ciudades, Buenos Aires...
Madrid..
En fin, sólo pasaba por aquí.