sábado, 19 de diciembre de 2009

No sopor... no sopor....


















Que no paramos, no paramos.

Es evidente que estamos todos rodeados, ¡escapar!

Que odio el tráfico, que no soporto el "porque sí" o "porque no", que mataría a todos los que cuadriculan demasiado todo.

Que no sopor, no soporto el paso del tiempo. Ataques de histeria. ¿Sabes otra cosa? Odio lanzar un papel a la basura, que está a medio metro, y no encestar.

No soporto tampoco los toros ni a los que los defienden, no entiendo por qué a "la juventud de hoy en día" tienen que considerarnos, por descarte, como unos vagos desmotivados y gamberros. ¡Maldita sea!

Odio el suelo de mármol (sí), y odio también eso de que nos traten a todos como borregos.

Odio a muerte el mundo de los modernos que se creen diferentes pero que en realidad son todos igual de diferentes, y que ni se me acerque nadie que me venga hablando de que la homosexualidad es un problema, o de que "los inmigrantes aquí lo único que hacen es quitarnos el trabajo".

Me cago en todo prejuicio y encasillamiento social. No, no soy roja, creo en Dios. Pero no, no voy a misa, para mí Dios no tiene nada que ver con la Iglesia. "¿Pero crees o no?". Pues no tengo problema en llamar a eso en lo que creo "Dios". (¿Qué pasa, que ahora está de moda llamarlo de otra manera para ir de guay, o qué?)

No sopor.. no soporto a esas personas que tienen una manía persecutoria y se creen que todo el mundo va contra ellas, y me pone muy, muy nerviosa que la gente, mientras dibujo, me pregunte: "¿Quién es?" ¡¡No es nadie, joder!! ¡No tiene por qué ser nadie, puede salir de mi imaginación! La mayoría de veces es así, de hecho.



Pero ay, amigos. No fasidies, también adoro el suelo de madera y las casas que reflejan tal armonía y equilibrío que no es que representen la personalidad de la persona, sino a la persona en sí.
El invierno, el chocolate, una peli en casa de Coco, ya lo saben ustedes, lo digo siempre.
La rutina no me desagrada, para nada. Momentos dulces siempre los hay, aunque sólo sea el llegar a casa y sentarte un rato en el sofá.
El teatro, el cine, la música. (Vivir sin música, efectivamente, sería un suicidio)
Valencia entre agetreo con Beirut de fondo, las muestras de cariño sincera, esos abrazos..
Ikea, sí. (sí)
El color de los árboles de Cuenca en otoño, los momentos de locura transitoria (con toda mi alma)
Los edificios antiguos del centro de las ciudades, Buenos Aires...
Madrid..


En fin, sólo pasaba por aquí.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Esto es lo que pasa cuando no someto mis ideas al filtro de la racionalidad

Corrigiendo las perfectas imperfecciones de mi habitación diminuta, fui poco a poco recorriendo las paredes en una rápida pero concisa mirada. Las ya típicas formas del gotelé definían el principio y el final, que poco a poco iba dándose lugar a sí mismo.
¡Qué pequeña resultaba ahora! Las fotos desordenadas que cuelgan de una sola chincheta y se tuercen por la corriente del viento ya dan un tono característico, a pesar de que, dependiendo de la estación del año, la colcha de la cama varía.
Recorrí con el dedo la superficie de la mesa. Ni una mota del polvo. No era cosa mía, yo ni siquiera soy un poco maniática. Pero quizás es que alguien se preocupaba por mí, o algún tipo de espíritu superior me mira desde arriba y, como tantas otras veces, ha pensado: “Voy a gastarle una broma”.
Maldita sería la hora en la que te dejé salir de mi vida. Quizás ese fue el preciso y único momento culpable de absolutamente todo lo que vino detrás, todo lo que arrastró y se fue comiendo poco a poco el resto de la existencia. Casi ese tono dejado, típicamente español, me parecería más dulce que recordar tu marcha. Y no es que te odie, ni por lo más mínimo pensé en eso, nadie pudo cambiarlo. Vuelva usted mañana.
Pero no se sabe, nunca se sabe nada.
“Si no hubiera pasado esto, ahora no habría pasado lo aquello otro”. No, maldita sea, ¡No! Todo, absolutamente, es fruto de una cadena de infortunios uno detrás de otro. Van dejando su huella, su rastro, son como una especie de cigarro que deja humo detrás, con la ligera diferencia de que ese humo a veces se queda marcado en el aire para siempre. Y desde ese humo negro, se deriva otra forma distinta. Al igual que las formas que hace un pincel lleno de pintura al diluirlo con el agua, también los dibujos que hace el humo en el aire me encantan. Y hay un tabaco en concreto que me encanta. No fumo ni pienso hacerlo, me refiero al aroma. Indiscutiblemente asqueroso, quizás es que me recuerda a ti.
Como las noches en las que desde mi habitación escuchaba con sigilo y pensamientos modificados vuestras risas en el comedor de la casa. Tú con un modelito a mi juicio de entonces quizás hortera, pero que hoy pagaría por tener. Luciendo los tatuajes de un pasado bucanero de un velero al abordaje, de un “no te quiero querer”. Ya típicas discusiones de la edad, ahora observo con celos. De mi misma, del momento, del jazz o Sabina que sonaban de fondo. Algún día sentiré esto mismo pero del momento actual, quizás. Mi corazón de viajes, que se mueve de un lado a otro sin necesidad alguna de salir del pupitre mismo de mi clase, no hace falta. En realidad, yo nunca estoy donde parezco estar. Nunca. Prefiero vagar por otros sitios, a poder ser no demasiado cercanos, maldita sea. “¿Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar?” Pero es que siempre las hay, no te pierdas, no hace falta.
Es que tengo ganas de sentir algo que sepa seguro que es cierto, que es sincero, que es de dentro. Y quizás apareces en el momento menos pensado, a lo mejor incuso es que hace tiempo que no te veo bien. Sigo aquí. Tú también, supongo. Presente en todo lo que me pasa, a mí y a otros. Me hubiera gustado conocerte mejor, con otros ojos, con otra visión y más experiencia que me permitiera diferenciar entre un mecanismo de defensa del inconsciente y una actitud fácilmente confesable. ¿Lo estoy haciendo bien? ¿Qué piensas, tú?
Pues que todo lo que pasa, pasa por alguna razón. Así que te haré caso, te escucharé…Espero obtener algún tipo de conclusión, una señal, algo. Simplemente este tren… ¿Por qué? Me he equivocado adrede. Parecía ir buscándolo. Y ahora tendré que asumir mis consecuencias o esperar a que todo se desarrolle, esperemos que a mejor. Ojalá algún día te vea, pintando el cielo, o en una casa blanca, en algún sitio escondido, subida en un dragón o esperando al metro. Pero espérame… Quiero ir contigo. A donde sea, no me importa. “Si nos equivocamos de tren, será porque así tenía que ser”
En fin.
Uno tras otro…
Sin tesis, ni analizante ni sintetizante.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Los comentarios de Filosofía

Esto, en realidad, es una obra de arte.
Los comentarios de Platón han calado en mí, ahora veo Ideas innatas por todas partes y siempre tiendo a poner esa palabra con mayúscula.
Cuestión primera: Sintetiza las ideas principales del texto mostrando en tu resumen la estructura argumentativa o expositiva llevada a cabo por el autor.

En fin, por fin se han terminado.
Mientras tanto camino por mi cuarto y miro de reojo los folios y más folios que llené escribiendo sobre la Educación en la Justicia, y tiemblo.

Ah, no, pero aquí estoy, escribiendo en el blog nuevo (que no sé muy bien cuánto tiempo va a durar), y resistiéndome a sentarme en la mesa para plantar cara... a Hume.

Así que nada, este blog va cambiando con mi persona.

martes, 8 de diciembre de 2009

Cómo hacer un buen Colacao

Hoy he descubierto que por mucho que llevara toda la vida pensando que sabía perfectamente cómo preparar un colacao (o simplemente estando segura de que no era necesaria una técnica en concreto), sí que hay una manera, además determinada, de hacerlo. Y sale perfecto:

"Cómo hacer tu ColaCao:
-Deposita dos cucharaditas de ColaCao y vierte una ligera cantidad de leche.
-Ahora, remueve la mezcla hasta que se quede homogénea y del mismo color.
-Por último, añade más leche mientras remueves con la cucharita hasta obtener tu ColaCao.
Y ya puedes disfrutarlo!"

Muchos no le darán importancia, pero creanme, es la técnica perfecta.
Y se queda un sabor dulce y espumoso que deja resto en la comisura de los labios...

lunes, 23 de noviembre de 2009

El espíritu

Hace tiempo que escribí por algún sitio una pregunta retórica, sobre cuál sería mi decantación definitiva. ¿Racionalismo o sentimentalismo?
Nietzche hacía un análisis sobre la sociedad griega, y estudiaba por qué fue tan brillante, por qué hoy en día sigue siendo un ejemplo de sociedad modelo. Y llegó a la conclusión de que era por encarnar una armonía perfecta entre el espíritu dionisíaco y anopolineo. Apolo, dios del sol, representaba la luz, el equilibrio, la proporción y lo determinado. En cambio, Dionisio era el dios del vino, de lo bohemio, del éxtasis, de lo irracional. Ambos representaban el arte, pero no la misma forma de entenderlo.
Y al igual que la cultura clásica supo combinar los dos espíritus, una persona ha de saber también crear esa simbiosis.
Ahí es cuando alcanza la verdadera plenitud.

La obsesión por el orden mata la vida. Pero el que no sabe asumir responsabilidades no es libre, depende de los demás.

Y así es como me describiría a mí misma. No hay más que entrar en mi habitación para darse cuenta de que hay una parte dionisia muy importante en mí. Pero también sé cuándo tengo que sacar mi parte apolinea y crear orden y armonía, poner límites. No siempre hago lo que querría hacer, es cierto, pero también sé escapar de vez en cuando. Hacer siempre lo que se quiere no es bueno, pero hacer en todo momento lo que se debe tampoco es sano.






martes, 17 de noviembre de 2009

Por qué amo Madrid.

Con su boina calada, con sus guantes de seda.
Su sirena varada, sus fiestas de guardar.
Su "vuelva usted mañana", su "sálvese quien pueda".

Su partidita de mus, su fulanita de tal.
Con su "todo es ahora", Con Su "Nada es Eterno",
Aunque muera el verano y tenga prisa el invierno,
La primavera sabe que la espero en Madrid.

Con su hoguera de nieve, su verbena y su duelo,
Su dieciocho de Julio, su catorce de Abril.
A mitad de camino entre el infierno y el cielo...
Yo me bajo en Atocha, Yo me quedo en Madrid.

Porque siempre hay un tren que desemboca en Madrid.

Ciudad utópica.

No sé si existe o no de verdad, esa parte de la metrópolis que tanto me gusta.
Entre gente apresurada, calles estrechas y farolas naranjas, se desenvuelve un espíritu, una esencia especial que suele estar más entre semana, cuando la gente está envuelta en su rutina.

De las ciudades me gusta una parte distina a lo habitual. Escarbando entre la gente agobiada y borde con ese característico tono español de dejadez, a veces hay una parte bohemia que se esconde en los bajos de los edificios, una subcultura y un gusto que, si buscas bien, quizás encuentres.

La ciudad utópica. El espíritu nocturno. Está en Valencia, que cada vez conozco y quiero más. A pesar de todo lo que me haya podido quejar de ella, es acojedora, tiene esa parte encantadora que me gusta de las ciudades y no es demasiado estresante. Además cada vez archivo más recuerdos entrañables aquí, en Valencia.
Pero también y sobre todo está en Madrid, en mi Madrid.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Hay días en los que todo se da la vuelta. Y además de repente. Las caras pasan fugaces, las sensaciones se confunden, y la banda sonora se llena de acordes distintos a los habituales.


Si la necesidad combate, la frivolidad escapa.


Maquillaje de fachada, una estatua esculpida.


"Pero, ¿Cómo lo haces?" "Ah, nada, yo sólo quito de este bloque de piedra lo que sobra". Y tan ancho se quedó.


Una vez alguien me dijo que, antes, los trenes eran como animales mitológicos que simbolizaban la huída, la fuga, la libertad. Y a veces lo pienso, y me dan ganas de montar en uno de esos animales y escapar, lejos. Muy lejos. Para ir a algún sitio, dónde es lo que menos importa.


Y es que, de vez en cuando, es necesario elevarse por encima del punto de vista habitual desde el que miramos la vida, y verla con otros ojos. Desde arriba, bien arriba. Abarcando el presente, el futuro y el pasado, todo el territorio concebido, y más allá.


Aunque bueno, de momento tengo sueño y no parece que haya a la vista ningún acto de rebeldía.




martes, 13 de octubre de 2009

Pues no sé qué es peor, si aburrirme emocionalmente o tener tantas cosas en la cabeza que no me dejan ni pensar con claridad.
Está claro que, sea lo que sea, el ser humano nunca está satisfecho.

miércoles, 7 de octubre de 2009

El mundo alternativo

"Un día me llamaron para hacer los decorados de un videoclip de "Ella Baila Sola". Para mí hacer ese videoclip estuvo muy bien, pero en el "mundo de lo alternativo" trabajar para grupor como Ella Baila Sola es una TRAICIÓN... Se lo toman fatal, a ellos les gustaria mas que hiciera un video para los PLANETAS, pero claro, tampoco me han llamado para hacerlo, ademas, si te quedas en el mundo ALTERNATIVO te mueres de HAMBRE y más siendo dibujante.... Aparte de, que tiene de malo que tu trabajo lo conozca gente de todo tipo... Para ellos, para que algo sea bueno SOLO LO TIENEN QUE CONOCER ELLOS, sólo ellos tienen derecho a disfrutar de lo que creen que es bueno, si te conoce el frutero de abajo de tu casa estás MUERTO"






Este hombre, Juanjo Sáez, es un dios. Y seguramente que si leyera eso que acabo de poner se reiría y criticaría a la gente que, como yo, habrá dicho eso alguna vez. Pero por eso me encanta. Porque desmonta precisamente el mundo y las ideas de aquellos que se creen que son diferentes, cuando en realidad, son todos igual de diferentes.


Y esta foto en realidad no tiene nada que ver.

jueves, 1 de octubre de 2009

¿Perecedero o no?

Supongo que será por las contínuas reflexiones de Luis Fernando en clase de filosofía sobre el ser, el no ser, las Ideas con mayúscula y la realidad, que me ha dado por pensar.
Caminaba bajo unas pocas gotas de lluvia y las lucecitas provenientes de las casas en mi edificio me han parecido, de repente, adorables. En cada casita una actividad, una historia, una cena por preparar mientras la tele está de fondo.
Me ha invadido también una sensación que hacía mucho que no sentía, la sensación de que estoy en casa, en un lugar acogedor donde está mi mundo y mis recuerdos. Pero, el día que me vaya de esta casa, realmente, eso dejará de ser así. Siempre sentiré cariño hacia el lugar, eso está claro, pero no será lo mismo, no habrá nada material que me una al edificio. Al igual que cuando voy a Coslada y visito mi antigua casa... Me invade una sensación de melancolía y nostalgia, pero no hay nada que me espere en el 9ºA. Sólo recuerdos.
¿Perecedero o no?

jueves, 17 de septiembre de 2009

El paraguas es un invento estúpido

Y siento decirlo así, me sale del alma. Porque vamos a ver, normalmente cuando llueve, suele hacer viento también, suelen ir de la mano.
Ahí es cuando sacamos el paraguas.
Entonces te ves, caminando por la calle (ilusa de tí...) con un plástico "cubriéndote" la cabeza del agua que cae. Pero como el agua va en diagonal, acabas empapada igualmente. Lo único que quizás, (y recalco el quizás) se salva es el pelo, que bueno, si lo llevas un poco largo, pues tampoco.
El paraguas sólo es útil o medio útil cuando cae una media de una gota por minuto por cada metro cuadrado. Ahí, aún.
(Es que ayer me calé entera, esto es fruto de la frustración)

miércoles, 16 de septiembre de 2009

y llueve

Poco a poco esto va empezando, otra vez.
Otra vez subimos y bajamos escaleras, otra vez entran ganas de dormir después de comer sopa. Empieza de nuevo la rutina, la dulce rutina que parece una espiral. Aunque sólo fuera por la felicidad máxima de llegar a casa después de todo el día entre cuatro paredes verdes, casi diría que lo echaba de menos.
De momento es superficial, sólo nos arañan por fuera, suavemente, nos hacen un amago de lo que van a ser estos nueve meses que, muy probablemente, pronto se harán un infierno.
Creo que estampar fuertemente las baquetas contra un gran platillo es la mejor terapia.


Ah, y llueve.

lunes, 8 de junio de 2009

Peace, flowers, freedom, happiness.

Coloquio mental con una misma

Bueno, en realidad, ya parece que para. Después de unos nueve meses machacándome por dentro de manera sumisa creo que, o bien se ha cansado, o bien su periodo de prueba ya ha terminado. Y me inclino por la segunda hipótesis.
Ahora la vida se concibe de una forma muy distinta, y en realidad es la misma. Es lunes y no me invade una profunda angustia, porque mañana no, no tengo clase de lengua a primera hora.
¡No!

Ahora, sí, me preparo para unas vacaciones para Pepito Grillo pero no para mí si vacaciones es sinónimo de descanso. Entre otras cosas, este mes de julio vuelvo a cruzar el charco para visitar ni más ni menos que la selva Amazónica de Ecuador. Dios mío, creo que aún no me he hecho a la idea. Sino ya estaría algo más nerviosa que ahora.

Naturaleza, libertad.
Punto.

martes, 5 de mayo de 2009

Coco all rights reserved

Tengo una amiga que es increíble. Creo que ni ella misma lo sabe.

Tengo un amigo que es una isla entre un mar de borregos. Creo que ni él mismo sabe lo importante que es para mí.






Colacao frío veraniego

Hoy en las dos últimas horas de clase estaba en mi mente una imagen reluciente de un gran, gran vaso de colacao frío, de esos que dejan el vaso mojado por fuera de lo fría que está la leche, que me iba a tomar al llegar a casa. Y para mí, a parte de un estimulante bastante intenso, es un claro signo de que el verano se acerca, no sé si decir peligrosamente.
Mi abuela ya se empieza a quejar del calor que hace y se pregunta que porqué la crisis no afecta para que haga mejor tiempo (sí) , empieza a aflorar la indumentaria veraniega, y me pego en la mesa cuando empiezo a estudiar.
Algo que me preocupa es que estoy misteriosamente relajada (en lo que a estudios se refiere) para la época del año en la que estamos. Y una vocecita dentro, bastante dentro de mí está empezando a chillar como una loca : "¡¡Pero ponte ya a estudiar!! ¡¡Maldita sea!! ¿Qué haces en el ordenador todo el día? ¿Quieres repasar dibujo técnico? ¿Eres consciente de que tienes un examen de todo el libro de filosofía en dos semanas? ¿Te has parado a pensar en lo poco que queda de clase y que aún tienes trabajos de arte sin hacer para parar un tren?¡¿Sabes que la media de bachillerato cuenta para determinar si puedes estudiar o no lo que quieres?!"
Sí, sí. Si lo sé.
Pero oye, qué bien me ha sentado mi colacao

martes, 31 de marzo de 2009

Mientras fuera llueve


Coco all rights reserved

Crónica de Harry Potter y la piedra Filosofal.

"¡Hemos ido a ver Harry Potter y la piedra filosofal! ¡Era genial, y el personage que mas me ha gustado ha sido Hermione. Ron decia:
-¡Valla tonta! No me extraña que no tenga amigos!
Hermione se quedó vastante decepcionada y en la peli decia un niño:
-Dicen que se ha pasado toda la tarde llorando en el servicio de las chicas. En ese momento grita un profesor: -¡Ay un trol en las madmorras!! Todos se ponen a chillar pero el director les tranquiliza y entonces los chicos se van a sus dormitorios. Harry ablando con Ron recuerda y le dice a Ron: ¡Hermione! ¡Ella no lo sabe! Entonces corren los dos a las madmorras con intención de ayudarla. Hermione sale de los labavos sonandose y entonces aparece por ahi el trol... ¡Que feo era! Entonces el trol al ver a Harry, Hermione y Ron empiezan a perseguirles, ¡y la que se arma! Y al final descubren la piedra filosofal. Juegan a un agedrez y Ron se sacrifica para que Harry pueda seguir adelante. Olle, no os creais que Ron muere, pero al final sobrevive. Luego pasa algo raro de que cada vez que Jarry tocaba la mano se convertía en roca. Bueno, y muchas mas cosas por ejemplo cuando la escuela de buelo Harry solo con decir ¡Arriba! la escoba le obedeció pero con Ron y Hermione no les paso asi. Tambien al principio Harry vivia con sus tios y sus primos y le trataban muy mal hasta que llego la carta de inbitación al colegio Hoguars. Por mas que venian cartas nunca le dejaban abrir ninguna y la casa... ¡Se les inundó de cartas!
¡Me lo pasé genial!"

Esta fue mi crítica, en cuarto de primaria (y recalco de primaria) después de ver Harry Potter y la piedra filosofal en el cine. La he publicado porque, a parte del descojone que llevaba mientras lo leía, me llama la atención que me fijara más en detalles como la aventura del trol antes que la trama principal. Ah, y que sepan que después del artículo de opinión que escribí en mi diario de cuarto de primaria, hice un retrato perfectamente detallado de Harry Potter en el que se nota como repetí la cicatriz de su frente ocho veces hasta que me salió con forma de rayo y no de "N".

En fin, sólo pasaba por aquí.

martes, 10 de marzo de 2009

Bendita impulsividad


Los planes cuadriculan la vida, dividen el tiempo en partes iguales con la finalidad de poder aprovecharlo mejor. El tiempo es un concepto demasiado abstracto sobre el que doy vueltas, y vueltas, pero no entiendo nada.

Cuando tenga que hacer cosas a las seis, estar en un sitio a las siete y tener que haber terminado a las ocho y media, me subiré al tren, y me escaparé. A otro sitio, lejos. ¿Qué importa dónde?

Empezaré un viaje nuevo. Da igual que dure sólo unas horas, o toda una vida. Y no planearé viajar en ningún tren en concreto, no importa cuál sea. Todo lo que pasa, pasa por algo. Y si pierdo un tren, será porque así tenía que ser. Y si un impulso me lleva a un lugar y no a otro, estupendo.

Bendita impulsividad.

jueves, 5 de marzo de 2009

El hombre del sombrero de copa


Y yo nunca he saltado encima de un pastel de chocolate. Ella sí. Ha viajado entre las nubes más altas, tres veces, y ha respirado debajo del agua. Es quizás ese el motivo por el cual nunca ve el cielo de color azul. Cuando no se tiene ninguna explicación lógica para nada, se pueden pensar muchas cosas acerca de porqué el sol es una estrella y no un dios que lo ilumina todo. Ella me contó una vez que en uno de sus viajes conoció a un hombre con un sombrero de copa que se quitaba y se ponía tantas veces como quería, y que cada vez que se lo quitaba tenía una cosa dentro: una flor, una bola de cristal flotante, una caja de zapatos vacía. Algún día volaré para encontrar un globo que perdí hace tiempo. Se elevó en el cielo y no lo he vuelto a ver, aunque supongo que "ahí" seguirá, flotando sin ningún rumbo, no? Y cuando lo encuentre, no lo soltaré nunca, o por lo menos no lo perderé más. Se lo daré al hombre del gorro de los mil objetos y se lo pondrá debajo del sombrero de copa. Entonces, nunca se sabrá nada del globo porque pasará a la otra dimensión dentro del sombrero de copa. En el borde de la esquina una hoja se balancea, esperando a que llegue el viento o del sur o del norte para empujarla hacia lo desconocido y llevarla a un lugar distinto.
Mi mente puede llegar a asombrarme profundamente. En momentos de inspiración profunda crea cosas como esto que acabáis de leer. Fue hace tiempo, probablemente un par de años. Pero aún sigo preguntandome de dónde salió.

domingo, 1 de marzo de 2009

Y por un instante retorna mi anhelo de vivir a distinta velocidad

Es ahora, ahora es cuando debería venir esa extraña necesidad de escaparme por la tangente y recurrir al método de asociación libre de ideas. Pero no, malditos momentos en los que empiezo a escribir, o a dibujar, o a ya no se sabe qué, en lugar de prestar atención al maldito Pepito Grillo que todos tenemos en la cabeza - a ese algún día le da una taquicardia de verme jugar con mi tiempo y no hacerle ni caso -.
Pero aquí estoy. Y no es que bailen los dedos sobre el teclado, en realidad esto lo hago solo porque lo de empezar el blog iba siendo una necesidad interna. Ahora puedo respirar, mañana probablemente me iré - si puedo, volando- a Valencia, a mirar las tantas caras que pasan junto a mí, cada una con una historia diferente, muy tranquila, simplemente paseando, y más ahora que en las calles plantan puestos de buñuelos.
A veces es necesario. Últimamente me ahogo, de repente y casi sin darme cuenta me encuentro con que mis próximos tres fines de semana están ya planeados. Socorro.

Jugar por jugar, sin tener que morir o matar,
y vivir al revés, que bailar es soñar con los pies. Eso es lo que quiero.
La vida, digamos, no es un blog cuadriculado. Es como una golondrina... en movimiento...

Vale, ya paro.